Lorena me envió hace unos meses el manuscrito de sus Negativos. Yo estaba aturdido en otras cosas y además atascado en la lectura de Proust.
Hace dos años y medio por fin me hizo caso y dejó de guardar los relatos en cajones: folios y más folios llenos de ideas, para cambiarlos por carpetas, para reunir por series que ella podía definir por estilo, temática o colores... cada uno a su criterio o descriterio, por extravagante que sea.
Y el caso es que esas carpetas se han ido llenando y ahora son un libro. Un muy buen libro. Nada que envidiar a nadie.
Lorena Escudero a construido un libro de textos breves y le repatea como a mí tanta terminología vaga: minificciones, minicuentos, ficciones breves, cuentos hiperbreves. Huye, como debe hacer todo autor que se precie, de las terminologías y de las etiquetas: huyendo de todo lo conocido podrán descubrir terrenos nuevos, sólo de esa manera.
Tal vez no hay saltos cualitativos, sólo huidas hacia el vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario