
Bueno, la novela es mejor y peor que la anterior. No consigue el ascendente final de la otra, el aporte futurista que la convierte (todo a mi modo de ver, sobra decirlo de continuo) en más duradera. Pero luego es mejor en la construcción de los personajes: los hermanos Djerzinski eran demasiado complicados, sus vidas abusaban de la sordidez y a veces costaba saber de cual de los dos te estaba hablando —y en algo se tienen que diferenciar dos mediohermanos...
Aquí Valérie es un personaje más complejo y Michel Djerzinski sólo lo logra el el repaso del personaje al que obliga la coda final y que a su vez desdibuja para siempre a su hermano Bruno.
Interesante, entretenida, eróticamente hablando mejor también que la consecución del Brave New World de Huxley en el que encuentra a la vez su mayor acierto literario. Aquí mi sorpresa es el poner el centro en el turismo sexual y el juego que hace con el lector de amor/odio, comprensión/rechazo en el que te hace pensar. Y eso es la novela.
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