jueves, 8 de julio de 2010

Helene Hanff: 84, Charing Cross Road (1949-1969)

Un libro lleno de pequeños tesoros, de fragmentos que releer.
El caso es que, los libros llevan a otros libros. Hasta aquí me trajo una libreta vieja en la que anoto cosas que comprar, cosas que buscar y que leer. Luego a veces no me acuerdo de qué libro me hizo anotar esa referencia. Ahora, pensando en este libro, en todos los fragmentos que subrayados, personas para las que este librito sería un buen regalo, buscaba también en la memoria quién fue el decisivo culpable.
Luego he pensado: eso te pasa por hablar mal de la gente, desagradecido. Pero cuando hablo de lo malo de algunos libros no busco dedicarme a la crítica literaria, que por otro lado debe ser una labor ingrata si no eres Ricardo Senabre. Cuando señalo en defecto de un libro es una nota mental, el recuerdo de un lugar por el que no debes pasar, lo que marca la transparente pero firme línea entre la buena y la mala literatura. Y eso no significa que Roberto Bolaño haga mala literatura, porque no es así, significa que como todos ha hecho cosas bien y cosas mal. Solo que unos lo ocultaron debidamente y él, en su afán de vivir de la literatura lo publicó todo. Esto último, por supuesto, es una teoría propia.
Y sí fue un artículo del libro Entre paréntesis el que me guió hasta Helene Hanff y su librería soñada y nunca vista. Un sitio entre Covent Garden y Soho —otros sitios soñados por mi— y que intentaré visitar la próxima vez. ¿Cuándo? Tampoco importa, la librería cerró hace miles de años y pese a que en el libro que aseguran que hay una placa recuerdo del libro en Google Street View sólo puedo percibir tras los cristales un local que es o un restaurante o una tienda de cocinas.
No importa, en Buenos Aires cierto café en el que Macedonio Fernández y Borges se reunían hay ahora una librería. El mundo tapa al mundo y debajo hay más cosas y encima hay más nada. Pienso en las calles de París por las que paseábamos, la calle ha ido creciendo por encima de los portales por los que se accedía a las casas. debería dejar de divagar y pensar en este paseo por el antiguo mundo del libro, otro rato hablaré de lo que es un libro, algo que dejará de ser físico pero que seguirá siendo, en nuestra imaginación, un objeto, un volumen concreto.

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