martes, 29 de marzo de 2011

J.D. Salinger: El guardián entre el centeno (1951)

Un divetimento. Un principio, una forma de aprende de cómo llegar a algo más alto. Además: un texto alejado de toda la mitología popular que dibujaba a Holden Caulfield como un adolescente conflictivo en el peor sentido de la palabra, el de un delincuente juvenil con problemas de adaptación. temía el libro porque la gente recurre a la anécdota en lugar de al núcleo.
El libro es un libro ligero y divertido que apunta a lo que vendrá después, personajes deliciosos, y uso esta palabra difícil de digerir con todas las letras. Phoebe, la hermana pequeña del protagonista que se desarrollara como germen de la descripción de la psique infantil que veremos en la familia Glass. Están también el compañero de habitación, el profesor de historia, el profesor de literatura y su mujer, ese compañero que vive del otro lado de la ducha, único acceso entre habitaciones...
Leo en internet que Salinger puede haber dejado quince novelas terminadas a lo largo de estos años de silencio. En el apartadeo de Facebook sobre mi estado escribo «Esperando las 15 novelas de Salinger». Una hora después Raúl Aragoneses comenta al pie: «¿Las necesitamos?». La pregunta me hiere, no sé por qué, me siento casi ofendido. Luego recapacito, Raúl habla de las obras terminadas, de hacer lo que uno tiene que hacer y hacerlo a tiempo. Quiere decir que las obras inconclusas como las perdidas en parte son también obra completa.
en cuanto reacciono respondo a su nota: «Yo sí, no sé explicartelo... Es como el que necesita comer. Creo que Salinger tiene mucho más que dar, que después de Seymour, an Introduction y de Harpworth (o como se escriba) que es un relato que me ha divertido como nada... venían más cosas, lo que él deja intuir en Seymour... "hay que disparar la canica sin querer ganar para poder acertar", me habla de una obra final, o de quince finales que partan en dos sin pretenderlo, que renueven si buscarlo, toda la narrativa por ver en el siglo XXI. Todavía estamos atados a demasiados convencionalismos. Salinger estaba preparado y ha tenido cuarenta y cionco años para llevarlo a cabo».
Eso pienso.  


2 comentarios:

  1. recuerdo este libro cada año, siempre en la noche de San Juan... sin ofender, no cuajó en mí...

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  2. A mi es el que menos me ha gustado, pero me ha gustado. Claro que Isidro Cruz opina cosas muy diferentes, siempre está en su casa, leyendo, a penas sale.

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