miércoles, 16 de febrero de 2011

Miguel Delibes: La partida (1954)

Un librito de relatos, de esos que viste en la casa de los padres y que nunca te interesó, una edición cochambrosos de Alianza editorial con una baraja en la portada, dentro de la baraja el mar.
Delibes dibuja aquí una serie de personajes, clásicos de la época y de un tiempo, o unos tiempos: desde el exiliado en la mar, o el niño que se esconde de los bombardeos, hasta el que recibe una fiesta en homenaje por su traslado en la empresa a Cantabria, creo.
Ayer pensaba en los arquetipos, en ese intento de todo autor por crear o dar forma a un arquetipo, como los homéricos. Nabókov lo hizo con Lolita, lo consigue Kundera con Tomás en La insoportable levedad del ser, Cervantes, Flaubert con Madame Bovary... Pensaba en que los arquetipos no se buscar, se consiguen. En que uno nunca sabe dónde está el hallazgo.
Aquí, en esta colección de 10 relatos pasean los insulsos personajes de la posguerra: El manguero, el hombre que busca alguien que le preste una peseta para tomar el tranvía y llegar a ver a su novia, los personajes de los bares y sus desgracias, el marinero Valladolid...
Un pequeño libro sorprendente, formal, rebelde, local y con ello universal.
Miguel Delibes, una la lengua con dominio, con control de sus pequeños giros, una localismos y errores gramaticales en plena consciencia. Caen, leves y sonoros, por entre los textos que forman este retrato de una época, leísmos, laísmos y loísmos.

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