martes, 22 de junio de 2010

Albert Camus: La peste (1947)

La fuerza de la novela reside —tal vez es así siempre— en el principio y en el final. La fuerza con que arranca a través de la descripción de las ratas se pierde en el desarrollo de lo que luego se ha convertido en un género. Me refiero a la novela apocalíptica, al "what if" que emplea el desaparecido Saramago en el Ensayo sobre la ceguera que leí en 2000 en el D.F., la novela pasada a miniserie de Stephen King que si recuerdo se titulaba The Plague, y tantas y tantas.
Muy bien la voz del narrador, ese anonimato que se mantiene en equilibrio y no se deja caer hasta el final, casi ya sin darle importancia al efecto.
¿Lo importante en arte es saber quién fue el primero?, porque ahí entiendo que reside en gran parte la originalidad de esta novela que tal vez me ha gustado más que El extranjero, no sé si por la novela en sí o por las altas expectativas no copadas en esa novela.
Pero tanto aquí como en la de Saramago que consideré muy mal solucionada, hay pasajes tediosos y hay momentos hermosos: me gusta especialmente ese monólogo de Tarrou en que Camus describe la plaga como metáfora, ya hacia el final de cuarto capítulo:
[...] he llegado al convencimiento de que todos vivimos en la peste y he perdido la paz. Ahora la busco, intentando comprenderlos a todos y no ser enemigo mortal de nadie. Sé únicamente que hay que hacer todo lo que sea necesario para no ser un apestado y que sólo eso puede hacernos esperar la paz o una buena muerte a falta de ello. Eso es lo único que puede aliviar a los hombres y si no salvarlos, por lo menos hacerles el menor mal posible y a veces incluso un poco de bien.
He buscado —o he encontrado no sé sin con razón— esos ciertos paralelismos de los que Vargas Llosa hablaba en su estudio sobre la obra de Onetti de este con aquél pero claro, no puedo elegir leyendo originales de uno y traducciones del otro. Y además ¿hay que elegir en literatura? ¿Qué libro elegirías para llevar a una isla desierta?

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